viernes, 26 de noviembre de 2010

Alrededor de una estanque redondo, donde crecen peces de colores y nenúfares blancos y rosas, se crea con ladrillos de canto -un estilo muy andaluz de colocarlos- unos espacios que se llenan con macizos de arrayanes. En verano darán una florecilla rosa y siempre estarán verdes. Cuando les pasas la mano por encima o sopla la brisa, desprenden un olor suave muy rico. Como admiten muy bien la poda, suelen utilizarse para hacer topiaria -el arte de esculpir la vegetación-. Al ser menos caros que el boj y de crecimiento mayor, son muy populares en los jardínes.
Su mantenimiento es fácil y el resultado espectacular, como puede verse en esta foto.

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