sábado, 13 de noviembre de 2010

PEONIAS, LA REINA DE LA CASA

LAS PEONÍAS DURAN POCO, PERO EL TIEMPO QUE ESTÁN EN FLOR SON MAJESTUOSAS


Ahora están de moda en España, pero han pasado siempre desapercibidas, quizás, por desconocimiento de su existencia. Sin embargo, todos los grandes pintores como Juan de Arellano, en el pasado, o Cristina Duclós en el presente, la han hecho protagonista de sus cuadros.
Aunque no todas huelen, las que sí conservan este particuliar estimulo de atracción para que los insectos las polinicen, destilan una fragancia, suave, elegante y original. Como ocurre en todo el reino vegetal, hay multitud de variedades, las hay arboreas -de porte alto- y las hay arbustivas -más bajas, como matas-, también las hay con flores simples de cinco o seis pétalos sencillos, como una anémona bien abierta o como si fueran rosas antiguas, mis preferidas como las de la foto-. Antes de eclosionar, los capullos nacen de unas varas alargadas y son gordos hasta reventar, poco a poco van anunciando el color de la flor y cuando abren lo hacen en tropel, sus pétalos se estiran formando una flor abigarrada bellísima.
No dura mucho abierta, enseguida sus pétalos se caen todos juntos y forman un manto de color en la tierra. También es una belleza verlos morir lentamente formando una película de abono para el próximo año. Después la planta mantendrá su espesor verde y con el final del verano desaparecerá, como comida por la tierra. Lo que hace es entrar en un letargo y multiplicarse. Su rizoma va tomando terreno y así va extendiendose y multiplicandose.
A la peonía le gusta el sol moderado, no el del verano directo, agradece una tierra bien abonada con tierra ácida y la humedad. Es perfecta formando setos y como flor cortada está dentro de la gama alta y por tanto resulta cara. También la planta es cara aunque se puede comprar el rizoma -como hacemos con los bulbos de estación- y plantarlo en tierra, de esta forma es más asequible.

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