sábado, 20 de noviembre de 2010

LOS CAQUIS, ÁRBOL Y FRUTO


El caqui ahora es un árbol alto, como de unos tres metros, pero cuando lo compramos no pasaba de un palo de 20 centímetros. Tardó en crecer y en hacerse al lugar. A los tres años de haberlo plantado el caqui parece otro.
Está en una esquina del jardín, con orientación Sur y protegido por el seto de arizónicas. Es una zona humeda porque está al pie del estanque. El estanque es artificial y por tanto el suelo no es humedo, pero en verano, yo creo que el caqui agradece la humedad que desprende el agua del estanque. La flor, lástima que no tenga fotos, es extraña. No es bonita es original y grande. Curiosamente no tiene los pétalos convencionales. Tarda mucho en formar el fruto y muchísimo en madurar. Ahora en otoño el caqui va tomando ese color naranja tan característico pero está duro como una piedra.
Hasta que no se pueda hundir un dedo en él, no estará listo para ser comido. El problema es que los pájaros no dan tregua, esos odiosos pájaros negros con el pico naranja, en cuanto lo ven cambiar de color ya están picoteando su superficie y fastidiando todos los frutos.
Al parecer, los caquis contienen más cantidad de vitamina C que las naranjas y si lo comes, cuando aún no está del todo maduro, te deja una sensación aspera en la boca, es muy curioso.
Según avance el frío, perderá las hojas y se quedará como un palo con ramas seco para volver a brotar en primavera. Nosotros no lo hemos podado y no sé si soportará bien una poda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario